viernes, 16 de octubre de 2009

Los títeres y la Iglesia

Continuando con nuestro breve recorrido por la historia del mundo de los títeres, intentaremos descubrir cuál ha sido la relación entre la Iglesia y este peculiar mundo de comunicación.

La Iglesia siempre ha sido una gran defensora de la cultura: no hace falta dar grandes muestras de ello. El arte en las iglesias, basílicas y catedrales o los importantes escritores y poetas que ha dado al mundo, son algunos ejemplos de ello. Y con respecto al teatro en general, y al mundo de los títeres en particular, mantuvo una especial relación desde tiempo atrás.

En la Baja Edad Media comenzaron a ser populares las representaciones de la Pasión de Cristo, por medio de figuras articuladas de gran realismo que se movían por medio palancas y algunos alambres. Ejemplos prototípicos de estos Cristos son el de Limpias (Cantabria) o el Santo Cristo de Burgos, el cual tiene articulaciones en la cabeza y en los brazos junto con un mecanismo inserto en el costado (construido con una calabaza) que posibilitaba que manara sangre.


En Francia, por el contrario, se representaban escenas de la vida de Cristo en las que, en la mayoría de los casos, la Virgen María era la protagonista. A menudo tenía en brazos al Niño, aunque no era lo general. De estos autos sacramentales franceses de la vida de María, procede el vocablo francés de marionette, por tratarse de figurillas de la "pequeña María". En España, estas figuras de la virgen María, queda atestiguada en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.


Y junto con estos dos ejemplos, existen también numerosos muñecos articulados que representan a los santos. Una imagen del apóstol Santiago, en el Real Monasterio de las Huelgas, en Burgos (en la foto), servía para coronar a varios reyes de Castilla y nombrar caballeros, gracias a sus dos brazos articulados que eran capaces de sostener una corona, un cetro o una espada.

Con el transcurrir de los años, lo religioso fue dando lugar a lo profano. Ya no se buscaba tanto catequizar a los pobres cuanto crear el mayor realismo y vistosidad posibles. En la catedral de Valencia, por ejemplo, se llegaron a prohibir las representaciones sacramentales del día de Pentecostés -en la que una paloma bajaba desde el crucero y derramaba lenguas de fuego sobre los apóstoles- por los incendios que ocasionaban los cohetes que lanzaba la columba.
Es por eso por lo que la Iglesia, poco a poco, comenzó a ser más recelosa con este tipo de representaciones sacramentales. Aunque al principio fue la gran defensora de las representaciones realizadas con títeres (pues éstas se podían realizar de un modo más digno que con actores de carne y hueso) sin embargo, finalmente fueron rechazadas, ya que no cumplían con su encargo original.

En el año 1600, el Sínodo de Orihuela prohibió la utilización de los muñecos articulados. En concreto, las actas del sínodo se manifiestan así: "mandamos que las pequeñas imágenes hechas, trabajadas, confeccionadas y pintadas, con destino a los altares, no sean móviles. Prohibimos que en las iglesias o en otra parte se representen las acciones de Cristo, de la Santísima Virgen y la vida de los santos, por medio de pequeñas figuras móviles, pequeñas imágenes ficticias movidas cuando se agitan sus componentes, las que llamamos comúnmente en nuestras conversaciones títeres, so pena de castigo severo".

Esta expulsión de los títeres de la Iglesia fue consecuencia del momento: los templos estaban siendo profanados, ya que las representaciones de los títeres no servía sino de espectáculo, vistosidad y dramatismo; algo que no fue original en sus comienzos. "Conducía más a la burla que a la devoción", afirman Palma Martínez y Burgos García.

A pesar de todo, hoy en día la Iglesia sigue siendo defensora del arte. Son muchas las compañías de títeres de carácter religioso y, aún hoy, se siguen aprovechando los títeres como medio de evangelización. El Padre Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, por ejemplo, afirmaba que "veía en los títeres una realidad muy aprovechable", y él mismo catequizó a los más pobres por medio de los títeres. Con un grupo de jovenzuelos gitanos consiguió formar una pequeña "compañía": así, evangelizaba a sus muchachos y éstos evangelizaba a los demás.

Ha sido un breve y sencillo recorrido por la relación entre la Iglesia y los títeres. Esperemos que la relación siga siendo fecunda y que la Iglesia sea también salvaguarda de este ancestral arte de comunicación.

1 comentario:

  1. La relación de la Iglesia con la cultura, al igual que la relación de cualquier poder con la cultura ha sido cuando menos compleja , nada simplista como pareces dejar entrever en el post . Desde el arte paleocristiano , pasando por el renacimiento y el barroco la utilización del arte y el artista en beneficio de la iglesia y sus intereses ha sido una constante. Si estudias la Historia del Arte ,ajeno en la medida de lo posible a sectarismos e ideologías particulares podrás comprender muchas cosas. Saludos

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...