sábado, 27 de febrero de 2010

Grandes titiriteros: el padre Andrés Manjón

Va llegando el momento de inaugurar una nueva sección en nuestro blog. Se trata de ir conociendo la vida de grandes personalidades que supieron descubrir todas las potencialidades del teatro de títeres. Y lo inauguramos con un paisano nuestro, con un burgalés de pro que dió su vida por la educación de los niños y los jóvenes, también a través de los títeres. Nos referimos al Padre Andrés Manjón.

Andrés Manjón y Manjón nació en la pequeña localidad burgalesa de Sargentes de la Lora en 1846. Allí acudió a la dura escuela del pueblo y en 1961 decide trasladarse al Seminario Diocesano de Burgos, con el deseo de llegar a ser un gran sacerdote. Tras cursar los estudios de Filosofía y Teología, obtuvo por oposición la cátedra de Disciplina Eclesiástica en la Universidad de Salamanca, que abandonó en 1880, cuando se trasladó a Granada para enseñar la mencionada disciplina en su Universidad. Pasará el resto de su vida en la ciudad andaluza, donde se esforzará por la educación de niños y jóvenes.

En 1886 fue ordenado sacerdote y decidió embarcarse en una nueva aventura: la fundación de las Escuelas del Ave María, con el objetivo de aplicar nuevos métodos y mejoradas técnicas pedagógicas en la educación escolar, diversas a las que él había recibido. No dudó en hacer del juego y la diversión el mejor camino para una buena formación en la infancia. "Debemos enseñar con todos los medios a nuestro alcance -decía-: libros, papel, pluma, tinta, lápiz, aguja, tela e hilo... ¡todo!".

Enseñar jugando y divirtiendo ha sido uno de sus principales objetivos, porque el juego forma parte de la naturaleza del niño. Juegos con mapas pintados en la pared, "rayuelas" históricas, música, planetarios, fichas y juguetes pedagógicos... y títeres, sí, sus famosos "títeres pedagógicos".

Él mismo con sus discípulos gitanos construía lugares para las actuaciones con materiales simples y pobres, comunes a los de la gente que vivía en estos lugares. Andrés Manjón descubrió sin duda el potencial educativo de los títeres, que sirven para enseñar a través de divertidas aventuras. Él mismo sentenció sobre la importancia de los muñecos de títeres en la educación: "reconozco -dijo- en los títeres una realidad muy aprovechable".

Sin duda, el Padre Manjón es todo un ejemplo a seguir. Sus métodos pedagógicos han sido una constante seguida por otras muchas instituciones, y estudiados en muchas ocasiones. Pronto las Escuelas del Ave María se expandieron por toda España. Aprendamos de este sacerdote, que ha sabido descubrir la potencialidad educativa de los muñecos articulados y hagamos como él, de la educación a través de la risa, nuestro ideal de vida.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Conociendo a Kasparek

Hace ya varias semanas que no hablabamos de la historia del teatro de títeres por el mundo y de sus más representativos personajes. Meses atrás aprendimos quiénes eran Polichinela o la simpática pareja de Punch & Juddy. Hoy, siguiendo nuestro recorrido, descubriremos un nuevo amigo: Kasparek.

Como bien sabemos, el influjo del teatro de títeres italiano por toda Europa fue muy importante. Polichinela se difundió rápidamente por todo el continente en los siglos en los cuales el teatro de títeres conquistó su importancia en el ámbito de las artes escénicas. En Polichinela encontramos sin duda alguna el origen de Guignol en Lion o de Punch en Inglaterra. Pero el influjo del italiano también atravesó Suiza, dejando su impronta en el personaje de Hans Jaggery, hasta llegar a Austria. Allí, en el ambiente de la Viena Imperial nació Kasperle, un personaje que poco tiene que ver con sus congéneres europeos pues es mucho más campechano, más simpático y bonachón. Su carácter jovial y la enorme extensión del Imperio Austro Húngaro hicieron que pronto el personaje se difundiera rápidamente hasta Dinamarca, Suecia o la actual República Checa.

Fue propiamente aquí donde, con Bohemia bajo la dominación de los Hausburgo, el joven titiritero Matej Kopecky se sirvió del famoso muñeco Kasparek para despertar la conciencia del pueblo checo y poder así renacer como nación libre de la opresión austriaca. Utilizando la para los austríacos desconocida lengua checa, Matej representaba obras que narraban las épocas pasadas de la Bohemia libre. Dejó un gran legado. Es un ejemplo de la capacidad persuasiva de los títeres. A través de sus representaciones -como por ejemplo "Cómo Kasparek de Pilsen entierra a los austríacos"- nació en el pueblo checo la necesidad de la independencia y el reconocimiento como nación libre. De hecho, tras su muerte se le reconoció como héroe nacional, un promotor de la conciencia de los checoslovacos como nación fuerte.

Kasparek destaca por su dulzura y simpatía. No tiene los rasgos contundentes de Punch ni la grosería poco ética de Guignol. Aunque tembién es pequeño y jorobado, sin embargo posee siempre luce una sonrisa en su rostro. Viste un colorido traje a rombos y un gorro lleno de pequeños cascabeles. A menudo aparece acompañado de su novia, la bella Kulapinka o su yegua blanca Rozarka. Sin dunda Kasparek es un personaje peculiar.

jueves, 11 de febrero de 2010

Títeres famosos: el Papamoscas

Hoy nos toca conocer otro de esos títeres famosos que están en el mundo. Y nos quedamos en nuestra querida ciudad de Burgos, para descubrir quién es El Papamoscas, un popular personaje burgalés que es el responsable de dar nombre a nuestro Teatro de Títeres.

Para un burgalés no cabe duda: el Papamoscas es su autómata más famoso. Se sitúa en lo alto de la nave central de su imponente catedral en un ventanal situado por encima del triforio en el primer transepto, a los pies del templo. Se trata de un personaje pintoresco, una especie de bufón con casaca roja que saliendo de la esfera de un reloj, cada vez que éste marca una hora en punto abre la boca y acciona una campana para señalar las horas. Al Papamoscas le acompaña también otro pequeño amigo, el Martinillo, otro autómata más pequeño que desde un balcón situado a la izquierda del Papamoscas se encarga de marcar los cuartos (de éste último ha tomado nombre nuestro simpático personaje, Martín).

En cuanto a su hitoria, ésta está llena de teorías. La oficial es que se trata de un reloj que, construido en el siglo XVIII vino a sustituir al anterior que databa del XVI y que se situaba en el exterior del templo. En efecto, en 1384 el ayuntamiento de la ciudad otorgó al cabildo catedralicio la suma de cuatro mil maravedíes para "pagar en ayuda de un rellojo que nos facemos facer en la Iglesia Mayor de Santa María para que tanya a todas las horas del dia e de la noche". Después del paso de los años este reloj fue reemplazado por el Papamoscas, que pasó a encontrarse en el interior de la catedral.
Dicen las tradiciones populares que el origen del actual reloj pudo estar en una alocada idea del rey Enrique III el Doliente, quien quiso estampar su imagen en un personaje que reprodujese el terrible lamento que lanzó cuando supo que la bella mujer a la que veía todas los días rezar en la catedral había desaparecido.

Es un reloj popularísimo. Escritores famosos han hablado de él y se han servido de su inspiración para componer sus escritos, entre ellos, Victor Hugo, María Cruz Ebro o Benito Pérez Galdós, quien dijo: "no me avergüenzo de decir que jamás, en mis frecuentes visitas, perdí el encanto inocente de ver funcionar el infantil artificio del Papamoscas".

Sea como fuere, el Papamoscas lo podremos clasificar claramente como un títere autómata. En efecto, reúne todas las características de un títere de este tipo, pues se trata de un muñeco articulado que con un movimiento mecánico realiza una función ante un público diverso, que acude cada hora, con la misma boca abierta que tiene él, a ver su particular amigo que -tal com reza en latín la campana que acciona- "alaba al Dios verdadero, congrega al clero, ahuyenta a Satanás, llora a los muertos y alegra las fiestas".

martes, 2 de febrero de 2010

Títeres famosos: Topo Gigio

Nuestro recorrido por el mundo para conocer las distintas técnicas de manipulación todavía no se ha acabado. Sin embargo, abrimos ahora una "nueva sección", un nuevo marco de conocimientos en el mundo del teatro de títeres, conociendo algunos de los personajes más famosos de este arte en todo el mundo (si bien es cierto que ya conocemos a lgunos, como Karagöz, Punch and Judy o Guignol). Y lo estrenamos conociendo, según lo ha querido uno de nuestros lectores (al que agradecemos la propuesta), al querido Topo Gigio.

Topo Gigio es un pequeño títere de aproximadamente unos 40 centímetros; un cariñoso ratoncito creado para el programa "Saltamartino" de la televisión italiana en 1959 por Maria Perego, natural de Venecia. Su éxito se debe a la dulzura y el candor que es capaz de transmitir delante de la pequeña pantalla ante un mundo difícil, lleno de peligros y de miedos, según explicó su propia creadora.
Los actores manipuladores que han dado vida al personajes han sido varios a lo largo de su historia. Además de su creadora, también han contribuido a sus movimientos los actores Federico Caldura o Guido Stagnaro. Igualmente, importante ha sido aquel que le ha dado voz: el siciliano Peppino Mazzullo. Es, sin duda alguna, toda una creación italiana.

El pequeño personaje pronto se convirtió en un artista: sus programas se hicieron cada vez más populares hasta que incluso llegó a rodar una película ("Topo Gigio y la guerra del misil") -que fue un fracaso de taquilla- o aparecer habitualmente dibujado en las viñetas del rotativo italiano Il corriere della sera. Pero también se ha dedicado al canto con la famosa Rafaella Carrà, grabando incluso algunos discos.
El simpático personaje pronto tuvo un grande eco mundial. Diversos países de todo el mundo aprovecharon el filón que tenía el ratón en Italia para incluirlo en sus programaciones. Argentina, Japón, Ecuador, Alemania o España son países donde el topo ha alcanzado también grandes cuotas en la pantalla.
Su frase favorita, "cosa mi dici mai!" (algo así como "¿pero qué me estas contando?") -que siempre responde cuando le cuentan cosas extraordinarias y fuera de lo normal y que no sabe entender porque es todavía pequeño y le queda mucho por aprender- le ha hecho muy querido por todos los niños.

En cuanto a su técnica de manipulación, ésta es difícil de clausurar en una definición. Si debemos decir una en concreto que lo defina, ésa debería ser títere de "cámara negra", ya que el actor manipulador se sitúa con colores oscuros detrás de un muñeco que aparece iluminado sobre un fondo negro. Pero también aúna otras técnicas, como "bunraku", "varillas" y "muppet".

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