domingo, 20 de febrero de 2011

Grandes titiriteros: Jorge Alberto Hincapié

Hace meses que no hablábamos de esos titiriteros que por su hacer, por su personalidad o por su trabajo con los muñecos merecen la pena de ser dignos de mención.

Navegando por la red hemos encontrado uno de esos. Aunque éste es muy peculiar. No sólo porque aparte de ser titiritero sea también payaso, mago y toque el acordeón. Sino porque además es sacerdote. Y un sacerdote misionero.

El padre Jorge Alberto Hincapié desde pequeño supo que quería ser mago. Lo descubrió cuando de pequeño vió un espectacular truco de magia, justo después que un nigromante colocara en su sitio la cabeza de una bella señorita que primero había cortado con una guillotina. Eso le pareció afascinante y decidió que de mayor seguiría sus pasos para convertirse también él en un gran ilusionista. Pero Alguien más se cruzó en su camino, también como por arte de magia. Y esta vez el mago fue un claretiano de su parroquia: el padre Francisco Arango.

Así, el encuentro con Jesús cambió su vida. Entonces decidió que su tarea principal iba a ser la de sacerdote misionero. Sin por ello tener que renunciar, de todas todas, a sus ilusión "mágica". Y así, con esas, e marchó a África.

Así, acompañado de sus trucos consiguió anunciar el Evangelio. Los niños a los que predicaba con su magia se quedaban asombrados: "el padre es un brujo... ¡es como Dios!" Después se dio cuenta de que a sus espectáculos para evangelizar podría añadir nuevos elementos. Fue así como llegaron los acordeones y después... Chacolito, su títere. Se trata de un muñeco de ventriloquia, un pequeño bigotudo con aspecto de niño al que es necesario corregir sus impertinencias y sus errores de comportamiento.

Es un simple ejemplo más de cómo los títeres pueden servir para cualquier cosa, cosa que es siempre que se hable de los muñecosa articulados, positiva. Aunque sean feos o bigotudos, su finalidad es siempre la misma: trasmitir al público más pequeño valores que siempre es necesario salvaguardar. Y esa es la potencialidad que el padre Jorge, a sus setenta y cinco años, sigue explotando con humildad y alegría.

1 comentario:

  1. Hola conozco al Padre Mago desde Manizales me encantaría volver a contactarlo!

    Familia Velásquez García

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