"Un hombre muy digno y honesto; un artista completo". Con estas palabras se ha definido a Miguel Pino, un extremeño afincado en Málaga y que durante cincuenta años dio vida a su teatro de muñecos, recorriendo toda la geografía española varias veces acompañado de "una maleta y mucha ilusión", como le gustaba afirmar. Desgraciadamente, este titiritero infatigable, que supo ver la potencialidad de los muñecos en la educación de la juventud, ya no está con nosotros. Nos dejó el pasado 16 de noviembre a los 87 años de edad. Pero a pesar de su ausencia -física-, su teatro y sus muñecos siguen con vida. Sus hijos han tomado las riendas de su compañía -"Producciones Infantiles Miguel Pino"- y el protagonista de la misma sigue haciendo las delicias de pequeños y grandes allá por donde pasa.
Su creación más popular es sin duda alguna Peneque el Valiente. Este pequeño personaje nació en 1959, en un programa de radio de Villanueva de la Serena, Badajoz. Desde entonces no ha faltado nunca a la cita con los niños en España, Europa y América Latina, quienes siempre le gritarán: "Peneque, ¿dónde te metes?". Y es que Pino supo descubrir que los títeres "son una gran vía de comunicación para el público infantil", también en un medio tecnológico avanzado como el actual, pues ellos, los muñecos, proponen, simplemente, "una bonita historia".
Los comienzo de lo que fue una compañía que se consolidó en el tiempo, a lo largo de ya más de cincuenta años, no fueron fáciles. A Miguel los únicos que le acompañaban de pueblo en pueblo y de actuación en actuación eran sus muñecos, su maleta, su destartalado coche y, cómo no, su mujer. Y solo eso: "no teníamos ni una peseta", afirmaba en una entrevista, "y lo único que ganábamos lo invertíamos en reparar el automóvil".
De modo definitivo se acabó instalando en Málaga, su ciudad querida, que lo supo acoger con los brazos abiertos. Allí no hay nadie que no conozca a Pino y haya visto en acción a Peneque. Tanto es así que los reconocimientos debidos a este tirititero español no han dejado de crecer con el paso de los años. El mismo Zapatero afirmaba que "gracias a las aventuras de Peneque 'El Valiente', el público ha podido descubrir en sus ciudades, pueblos y aldeas otros mundos imaginarios y de ilusión". Tanto se extendió su fama que son ya muchos los ayuntamientos que han colocado en sus plazas monumentos a Peneque (como el de Astorga, en la fotografía). Sin duda, un claro reconocimiento a su creador, uno de los últimos titiriteros clásicos españoles: Miguel Pino.
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