Nos trasladamos hoy de nuevo hasta Italia para conocer dos de los grandes titiriteros que han marcado un hito en la historia y evolución del teatro de títeres en Bolonia. Nos estamos refiriendo a Filippo e Angelo Cuccoli, padre e hijo, que por más de setenta años fueron el punto de referencia titeril en toda la comarca de Emilia-Romagna.
Filippo (1806-1872) comenzó su aventura como titiritero en 1831, en la principal plaza de la ciudad. Su hijo Angelo (1834-1905) heredaría la afición por los muñecos articulados, siendo el continuador en la historia de la tradición titeril de su padre hasta el año 1903. Hubieran faltado, por tanto, menos de treinta años de trabajo para que su producción titeril cumpliera el siglo de vida en la historia del teatro de títeres italiano.
Nuestros titiriteros se tomaron muy en serio eso de la cultura en una época difícil en la que Napoleón había prohibido la utilización y los juegos de máscaras. Bien sabemos ya que las máscaras han tenido un papel especialísimo en Italia para la consolidación de los títeres. Por eso la familia Cuccoli no se arrendó en las prohibiciones, y continuó dando forma a los títeres a partir de las más célebres máscaras de su zona en la época. Así, con las expresiones faciales de las máscaras existentes y con su más excelente ingenio dieron lugar a sus personajes, todavía populares en la mente de los boloñeses, entre ellos Faggiolino -reflejo de los pobres boloñeses de la época, siempre listo a abatir al enemigo con su garrote- y Sganapino -un pobre ajusticiero, que siempre cubre las espaldas a Faggiolino, y cuyo garrote era una imponente escoba-.
Los Cuccoli no escribieron nunca sus espectáculos en un guión. Simplemente hacían un breve esquema con las características esenciales de los personajes y la trama general que debía seguir el espectáculo. A pesar del carácter improvisatorio, a sus montajes no faltaban grandes personalidades del mundo de la cultura, literatos, artistas e ingenieros, tal como parecen narrar los periódicos de la época.
No hay comentarios:
Publicar un comentario