sábado, 31 de octubre de 2009

Uno spettacolo a Roma!

Sí, ya es una realidad. El Teatro de Títeres "El Papamoscas" ha sobrepasado las barreras no sólo de nuestra provincia, sino de nuestro país, y ha realizado su primera actuación en el extranjero.

La cita ha tenido lugar en Roma el pasado sábado 24 de octubre. Ante medio centenar de estudiantes en la ciudad eterna, nuestros queridos amigos, los Gigantillos, realizaron un hermoso espectáculo, ante la admiración de todos los presentes, provenientes de aproximadamente una veintena de nacionalidades diversas. El motivo, la inauguración del año académico en el Colegio Tiberino.


Esperamos que no sea ésta la última vez que El Papamoscas actúe fuera de nuestras fronteras. Así, poco a poco nos haremos cada vez más famosos... ¡Tanti auguri, felicidades...!

domingo, 18 de octubre de 2009

Tras los pasos de un tal Punch

Siguiendo nuestro recorrido por la historia de los títeres, hoy deberemos dar un paso más y conocer quién es el libertino Punch. De él ha afirmado Jonathan Swift: "Punch es único, llena toda la escena. La narizota y sus satiras son cínicas. Nada interesa cuando desaparece detrás del telón, mas si llega su giba y la nariz de pico de loro, la hilaridad es tan grande que el público se contorsiona detras de las butacas. Es fanfarrón, parlanchín y agudo. Donde aparece se pierde el hastío". ¿De dónde viene este personaje tan peculiar...?


Old Vice se esmeraba en sus representaciones teatrales sobre el vicio. En estos intentos, es cuando nació el famoso Punch, de nariz ganchuda y de joroba abultada. Siempre viste un traje de rayas y un sombrero con forma de cono sobre la cabeza. Y siempre le acompañan su inseparable mujer Juddy -a pesar de sus muchas infidelidades- y su perro Tobby.

Con este personaje, Old Vice diventó pronto en uno de los más reconocidos titiriteros de Inglaterra: sus teatros se llenaban de público y el precio de las entradas creció considerablemente. Aunque al principio nació con un carácter alegre y jovial, con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un cínico cruel de siete suelas, violento y sanguinario, tal como narra Ernest Maidron en su libro "Las locuras del señor Punch": "es un vil tunante, sin fe y con muchas muertes encima... No era hermoso, pues tenía una nariz de elefante y sobre su espalda se elevaba un enorme cono... Era cruel como un turco y, como tal, no podía contentarse con una sola mujer..."

Punch es un aprovechado de la vida. Después de haber seducido a una hermosa dama, como ésta ya no le contentaba, la mató. Depués recorrió todo Europa seduciendo a las más diversas mujeres, las cuales, no podían resistir a su voz seductora. En uno de sus viajes, firmó un pacto con el diablo y, de retorno a Inglaterra la policía le detuvo condenado a muerte por tantos crímenes como había cometido. Punch consiguió engañar al verdugo y salir vivo de la cárcel. Entonces vino a buscarlo el diablo, lucharon en duelo y nuestro amigo Punch consiguió vencerlo a base de estacazos.

Como vemos, Punch era todo un ejemplo de moralidad. A su mujer, Juddy, no hacía nada más que engañarla con otras mujeres, hecho que siempre les empujaba a acabar peleándose y resolver los conflictos a palos.

Punch es el más popular de los títeres ingleses. Aún hoy sigue vivo sobre los escenarios de títeres, si bien hoy ha moderado un poco su conducta hacia representaciones más educativas. Sin duda, un tipo curioso nuestro amigo Punch.


sábado, 17 de octubre de 2009

El Papamoscas felicita a Karraskedo

El pasado viernes, 9 de octubre, fue el cumpleaños de nuestro querido José Luis Karraskedo. Desde nuestro blog queremos felicitarle con corazón sincero, aplaudiendo toda su larga trayectoria, muchas veces no bien valorada por parte de los burgaleses.

En 1954 comenzó su actividad teatral al dirigir el Grupo Juvenil de Títeres, del que, además, era su principal actor-manipulador. Desde 1957 ejerce como profesional titulado de Radiodifusión y Televisión, simultaneándo su labor periodística con su verdadera vocación de escritor y director teatral.

En 1960, tras disolverse el Grupo Juvenil, funda el Teatro de Títeres "Los Gigantillos" con una profunda identidad castellana y una estructura cuasi profesional, a pesar de no recibir ninguna instrucción ni consejo de ninguna escuela o instituto marionetístico: es un verdadero autodidacta.

Con Los Gigantillos se volcó de lleno en su labor titeril, cosechando numerosos reconocimientos a su excelsa producción:
  • en 1969 recibe el Primer Premio y la Medalla de Oro en el IV Certamen Nacional de Teatro por la puesta en escena de "Seis personajes en busca de autor", de Luigi Pirandello.
  • Ha obtenido las designaciones populares de "Burgalés del año" (1979), el Título Honorífico de "Buen Vecino de Burgos" (1981), el Título Blasonado de "Amigo de los niños" (1983) y la "Distinción de Honor" del Ayuntamiento de Burgos (1983) por la inauguración en el Teatro Clunia del Centro de Creación Artística "Francisco Salinas".
  • En 1989 fue nombrado Presidente Regional de UNIMA (Unión Internacional de la Marionette) Castilla y León.
  • En 1997 recibe también la "Mención de Honor" del Centro de Documentación de Títeres, de Bilbao.
  • En el año 2000 fue designado por el Ayuntamiento de Burgos como Director de la Escuela Municipal de Títeres.
  • Todo ello sin contar las numerosas publicaciones, entrevistas, conferencias... que ha desarrollado a lo largo de su inmensa carrera.

A pesar de toda esta carrera, el Ayuntamiento de Burgos, al final, no ha sabido reconocer su inmensa producción artística y, a finales de 2006, el Teatro de Títeres "Los Gigantillos" se vió obligado a desaparecer del panorama escenográfico burgalés "por falta de apoyo institucional".
Sin embargo, El Teatro de Títeres "El Papamoscas" reconoce toda tu labor y te felicita en este día especial para tí, amigo Karras, deseando ¡que cumplas muchos más!

Noticias de Guignol

Siguiendo con nuestro breve recorrido por la historia del teatro de títeres intentaremos hoy esbozar quién es Guiñol. Así, comprenderemos un poco mejor por qué es erróneo denominar a los títeres con el nombre de guiñoles.
Guignol es el nombre del protagonista de un famoso teatro de títeres francés. De ahí lo inoportuno de llamar a los títeres de guante con el nombre de guiñol. Es como si en Burgos los llamáramos Gigantín o en Inglaterra Punch en vez de puppi (sobre Punch hablaremos en otra ocasión). Pero veamos ahora quién es este Guignol.

A finales del siglo XVIII, en 1795, Laurent Mourguet (grabado antiguo) funda en la famosa calle Noire, en Lyon, un pequeño teatro de títeres que, a la postre, se convertiría en el más popular de Francia. Su protagonista sería Guignol. Aunque siempre le acompañarían sus amigos, el vicioso Gnafron y el aprendiz de tendero Dodón. Y las representaciones eran casi siempre similares: tremendas discusiones acaloradas entre el aprendiz y el propietario de la tienda, mientras el pícaro Guignol sacaba partido de esta situación, ya que mientras tanto, Madelon, la esposa del tendero, pecaba de adulterio con nuestro protagonista. Como vemos, todo un ejemplo de moralidad: fidelidad, amistad y buenos modales nunca estaban presentes.

Se ve que esto ha sido la tónica general de los franceses. A los lioneses no les importaban este tipo de espetáculos, es más, acudían en masa a ellos. Preferían las inmoralidades de Mourguet que los finos espectáculos de los títeres de guante de Brioché -en el Puente Nuevo- o los de hilos de La Grille -éstos en el Marais-. Y es que, según cuentan algunas crónicas de la época, Guignol levantaba las faldas a las mujeres y las tocaba.

Mucho se ha discutido acerca del origen de Guignol. Italianos y franceses siguen luchando por la paternidad del famoso muñeco. Los italianos defienden Mourguet había tomado como personaje principal de su teatro el famoso Polichinella italiano. Sería un vecino del barrio -que nunca se perdía los espectáculos- quien le daría el nombre, pues, siempre que le gustaba alguna escena aplaúdia y gritaba a viva voz: "C'est guignolant!" (algo así como "¡qué gracioso es!"). Así, siguiendo la teoría de los italianos, la expresión fue abreviada y pasó a designar a su personaje protagonista.

Mientras tanto, los franceses afirman que Guignol es un auténtico títere galo. Víctor Bresse afirma que el nombre de Guignol es muy antiguo en Lyon y que se han encontrado escritos que así lo atestiguan: en un testamento de 1267 aparece reflejado el nombre de Guignol, así como en la lista de lionenes inscritos en el batallón de Rhone y Loire, donde se puede leer como recluso a un tal Jean Guignol de veinticuatro años de edad y de profesión tintorero.

Sea como fuere, no se puede negar el peso y la influencia que Guignol ha marcado en la historia del teatro de títeres. Pero eso no es exegitivo para que su nombre sea transportado para definir a todo tipo de muñeco de guante. Efectivamente, tiene su enorme influencia: pero nunca dejemos de llamar a este arte por su nombre: títeres.

viernes, 16 de octubre de 2009

Los títeres en Italia


Aunque los títeres son tan antiguos como la humanidad y no se puede saber bien cuál es su origen -Charles Nodier asegura que el primer títere de la humanidad fue la primera muñeca en manos de un niño con un monólogo como guión improvisado-, sin embargo, en Italia tuvieron un importante peso, lanzadera de los títeres a otros muchos lugares de Europa.
Durante la época del gran imperio romano eran muy populares las representaciones de farsas tomadas de la realidad. No cabe duda de que, provablemente, el nacimiento de los títeres se deba a la utilización de las máscaras que utilizaban los actores en sus actuaciones en los grandes anfiteatros grecorromanos: la máscara, que no podía moverse, bien pudo ser el origen del primer muñeco de títeres. Así lo atestiguan en sus escritos Petronio u Horacio.
Algunos estudiosos creen que el teatro de títeres tuvo su enorme influencia en La commedia dell' arte, de Dante Alighieri. Ambos evolucionaban a la par, prestándose máscaras y los decorados más variopintos.

En Italia, a los muñecos articulados se les llaman de diversas maneras (no como en castellano, que debiéramos recuperar mejor el vocablo títere para denominar a cualquier tipo de muñeco articulado). Los más populares, los títeres de guante, son los burattini. Se caracterizan porque del faldón de su vestido, a menudo cuelgan los dos pies del muñeco, aunque éstos carecen de movimiento por parte del actor-manipualdor. De ellos, Puchinella es el rey. Algunos estudiosos afirman que el nombre de burattini procede de un actor llamado Burattino, célebre por sus famosas máscaras y que todavía vivía en el siglo XVII. Al títere movido por hilos se le denomina fantoccini o fantoccio. La fábula de Pinocchio es un ejemplo de la popularidad de estos muñecos.

Los italianos se han entregado por completo al arte titeril. Su quehacer sirvió de influjo en la aparición de los títeres en Francia, Inglaterra, Alemania o Checoslovaquia. Aunque, sin duda, luego éstos fueron evolucionando a su propio ritmo, dando lugar al famoso Guignol (creado por el titiritero Laurent Mourguet, en Lyon), a la simpática pareja de Punch and Juddy (Londres) y al popular Kasparek, de manos de Matej Kopecky -hoy tenido como héroe nacional- en Praga.

Sin duda, Italia es la cuna importante del nacimiento de la tradición titeril en toda Europa. Desde este blog intentaremos seguir profundizando en la historia de los títeres.

Los títeres y la Iglesia

Continuando con nuestro breve recorrido por la historia del mundo de los títeres, intentaremos descubrir cuál ha sido la relación entre la Iglesia y este peculiar mundo de comunicación.

La Iglesia siempre ha sido una gran defensora de la cultura: no hace falta dar grandes muestras de ello. El arte en las iglesias, basílicas y catedrales o los importantes escritores y poetas que ha dado al mundo, son algunos ejemplos de ello. Y con respecto al teatro en general, y al mundo de los títeres en particular, mantuvo una especial relación desde tiempo atrás.

En la Baja Edad Media comenzaron a ser populares las representaciones de la Pasión de Cristo, por medio de figuras articuladas de gran realismo que se movían por medio palancas y algunos alambres. Ejemplos prototípicos de estos Cristos son el de Limpias (Cantabria) o el Santo Cristo de Burgos, el cual tiene articulaciones en la cabeza y en los brazos junto con un mecanismo inserto en el costado (construido con una calabaza) que posibilitaba que manara sangre.


En Francia, por el contrario, se representaban escenas de la vida de Cristo en las que, en la mayoría de los casos, la Virgen María era la protagonista. A menudo tenía en brazos al Niño, aunque no era lo general. De estos autos sacramentales franceses de la vida de María, procede el vocablo francés de marionette, por tratarse de figurillas de la "pequeña María". En España, estas figuras de la virgen María, queda atestiguada en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.


Y junto con estos dos ejemplos, existen también numerosos muñecos articulados que representan a los santos. Una imagen del apóstol Santiago, en el Real Monasterio de las Huelgas, en Burgos (en la foto), servía para coronar a varios reyes de Castilla y nombrar caballeros, gracias a sus dos brazos articulados que eran capaces de sostener una corona, un cetro o una espada.

Con el transcurrir de los años, lo religioso fue dando lugar a lo profano. Ya no se buscaba tanto catequizar a los pobres cuanto crear el mayor realismo y vistosidad posibles. En la catedral de Valencia, por ejemplo, se llegaron a prohibir las representaciones sacramentales del día de Pentecostés -en la que una paloma bajaba desde el crucero y derramaba lenguas de fuego sobre los apóstoles- por los incendios que ocasionaban los cohetes que lanzaba la columba.
Es por eso por lo que la Iglesia, poco a poco, comenzó a ser más recelosa con este tipo de representaciones sacramentales. Aunque al principio fue la gran defensora de las representaciones realizadas con títeres (pues éstas se podían realizar de un modo más digno que con actores de carne y hueso) sin embargo, finalmente fueron rechazadas, ya que no cumplían con su encargo original.

En el año 1600, el Sínodo de Orihuela prohibió la utilización de los muñecos articulados. En concreto, las actas del sínodo se manifiestan así: "mandamos que las pequeñas imágenes hechas, trabajadas, confeccionadas y pintadas, con destino a los altares, no sean móviles. Prohibimos que en las iglesias o en otra parte se representen las acciones de Cristo, de la Santísima Virgen y la vida de los santos, por medio de pequeñas figuras móviles, pequeñas imágenes ficticias movidas cuando se agitan sus componentes, las que llamamos comúnmente en nuestras conversaciones títeres, so pena de castigo severo".

Esta expulsión de los títeres de la Iglesia fue consecuencia del momento: los templos estaban siendo profanados, ya que las representaciones de los títeres no servía sino de espectáculo, vistosidad y dramatismo; algo que no fue original en sus comienzos. "Conducía más a la burla que a la devoción", afirman Palma Martínez y Burgos García.

A pesar de todo, hoy en día la Iglesia sigue siendo defensora del arte. Son muchas las compañías de títeres de carácter religioso y, aún hoy, se siguen aprovechando los títeres como medio de evangelización. El Padre Manjón, fundador de las Escuelas del Ave María, por ejemplo, afirmaba que "veía en los títeres una realidad muy aprovechable", y él mismo catequizó a los más pobres por medio de los títeres. Con un grupo de jovenzuelos gitanos consiguió formar una pequeña "compañía": así, evangelizaba a sus muchachos y éstos evangelizaba a los demás.

Ha sido un breve y sencillo recorrido por la relación entre la Iglesia y los títeres. Esperemos que la relación siga siendo fecunda y que la Iglesia sea también salvaguarda de este ancestral arte de comunicación.

La palabra "títere"

Como ya sabemos, los italianos utilizan diversos vocablos para denominar a las distintas técinas de manipulación de títeres: fantoccio, burattino, etc...
Al contrario de lo que ocurre en España, le pese a quien le pese. ¡Ya está bien de no llamar a las cosas por su nombre! La palabra castellana para denominar a cualquier tipo de muñeco articulado es: títere. Y no pensemos que está bien dicho llamar, por ejemplo, al títere de hilos con el nombre de "marioneta" o al de guante "guiñol".

Porque, repetimos, el vocablo propio español es del de títere. Pero, ¿de dónde proviene esta palabra?



Es muy antigua y utilizada mucho en el territorio español desde tiempos antiguos. Sebastián de Covarrubias, en su diccionario "el Tesoro de la lengua castellana" (1611), afirma con contundencia que los títeres son unas "ciertas figurillas que suelen traer extranjeros en unos retablos que, mostrando tan solamente el cuerpo de ellos, los gobiernan como si ellos mesmos se moviesen y los maestros que están dentro, detrás de un repostero y de un castillo que tienen de madera, están silbando con unos pitos que parece hablar las mismas figuras". Y precisamente, del sonido de estos pitos procede la palabra títere, porque el pito suena "ti-ti".



Pero ya mucho antes, a finales del siglo XII, Gerardo Riquier de Navarra comenta en la "Súplica al Rey de Castilla, Alfonso X", nos habla de "títeres" y "titiriteros" que recorrían las tierras de la península.

Del mismo modo, Miguel de Cervantes, en el Quijote (1615), nos describe a todo un titiritero que recorría las plazas en una carreta con su trujamán. Se trata de Maese Pedro, "un famoso titiritero que ha muchos días que anda por esta Mancha de Aragón, enseñando un retablo de la libertad de Melisendra, dada por el famoso Don Gaiferos, que es una de las mejores y más representadas historias que de muchos años a esta parte en este reino se han visto". Por tanto, la palabra títere está ligada al mismo lenguaje español desde hace varios siglos. Marioneta o guiñol son vocablos extranjeros, procedentes del francés (aunque de estos últimos hablaremos en otra ocasión). Por eso, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española afirma que títere es todo tipo de "muñeco de pasta u otra materia que se muve por medio de hilos u otro procedimiento". Al hablar de "cualquier otro procedimiento" da a entender que se trata de cualquier tipo de muñeco articulado, independientemente de su técnica de manipulación. Por tanto, hablemos siempre de títeres, y luego, pongámosle su apellido: titeres de guante, de hilo, de varilla, de cámara negra, acuáticos, de objetos, etc...
Señores: revindiquemos lo nuestro. ¡La palabra "títere"!



Gigantín es el títere protagonista de nuestra compañía

Nuestro tercer año de vida

Parece que no, pero el tiempo pasa muy deprisa: con éste es ya el tercer año de vida del Teatro de Títeres "El Papamoscas".
Y han sido unas cuantas las actividades que hemos venido realizando desde enero del presente año.

Nuestra actividad cultural comenzó en el 14 de febrero, en el encuentro diocesano de Familias. Allí nuestro amigo Martín hizo sufrir un poco al despistado Félix con sus inoportunas preguntas y enrevesados chistes. Y esto fue justo un mes antes de la primera actuación que realizamos en Burgos capital bajo el patrocinio del Instituto Municipal de Cultura del Ayuntamiento. El 14 de marzo representamos nuestro mayor éxito: "Vaya follón con la contaminación" en el salón del Centro Cívico San Agustín.

Después llegaron las actuaciones en Quintanar de la Sierra (4 de abril), con motivo del encuentro arciprestal de niños de la Sierra, y la cita -ya habitual- en el Encuentro Diocesano de Monaguillos, en el Seminario San José. A ésta le siguió nuestra espectacular actuación en la II Noche Blanca de Burgos. "Un reloj loco, loco" fue el título de la obra escogida para representar ante un público agradecido.

Y después, nuestras actuaciones de verano por la provincia: Lences de Bureba (8 de agosto) y Santa María del Campo (13 de agosto), con motivo de la semana cultural; en Nofuentes (15 de agosto) con motivo de la fiesta de la Asunción, en Tordomar (29 de agosto) participamos en las fiestas patronales en honor a San Agustín y por fin, nuestra última actuación hasta el momento en Atapuerca (30 de agosto), en sus fiestas de acción de gracias. En todos estos pueblos se repitió el éxito de nuestra obra maestra en la que la Bruja Pirulí contamina el agua de la Fuente del País de la Felicidad.
Si los cálculos no han salido mal, han sido un total de diez actuaciones las realizadas en lo que va de año. Sin duda un enorme esfuerzo y trabajo de todos los miembros de la compañía, que han hecho posible esta realidad. Esperemos que el cansancio acumulado no nos desanime y podamos seguir cumpliendo con nuestros objetivos, a pesar de nuestra corta edad, para, así, seguir creciendo y madurando en nuestro hacer titeril.

toda la compañía en Santa María del Campo (13 agosto 2009):
Ángel, Alonso con Adriancito, Beatriz, Álvaro, Diego, Edu, Polu y Tazo


bonita fotografía en la embocadura del teatro (Todomar 29 agosto 2009)


nuestra peculiar forma de ver la evolución humana (Atapuerca, 30 agosto 2009)

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