La Tía Norica, de Cádiz, es una de las tradiciones titeriles más antiguas de España y que todavía hoy se mantiene en pie. La compañía, nacida presuntamente de la mano de la familia de los Montenegro a finales del siglo XVIII -algunos historiadores datan su origen en 1790-, se ha convertido en una pieza clave de la cultura gaditana y que desde 1984 se ha vuelto a relanzar de un modo notable, tanto que hay una parte dedicada en su honor en el Museo de Cádiz.
El de la Tía Norica es el claro exponente del títere gaditano, capaz de mezclar con gracia y salero el sacro y el profano. Sí, porque en sus orígenes la compañía se dedicaba ha hacer representaciones escénicas, durante los días de Navidad, sobre El nacimiento del Mesías, poniendo la guinda final del espectáculo con la puesta en escena del sainete de La Tía Norica, donde se nos narra la cogida de la tía Norica por un toro y su posterior testamento vital, mientras moribunda y en cama es visitada por un doctor y el escribano. Pasadas las fiestas natalicias, el repertorio se ampliaba a otros sainetes, como La boda de la tía Norica. El éxito de estos títeres radica en que siempre fueron capaces de transportar a las representaciones escénicas la vida e idiosincrasia de la cultura gaditana.
Los muñecos de la Tía Norica son accionados por diversas técnicas de manipulación. En concreto, la peana, la varilla y el hilo. Y con el paso de los años, a la tía Norica le han salido nuevos acompañantes en sus aventuras. Sin duda, la tía Norica, es uno de los grandes legados del teatro de títeres en España.
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