
En 1989 hicieron su aparición en Francia. Así, "Les guignols de l'info" -inspirados a su vez en un anterior programa británico- se convirtieron en los muñecos televisivos más vistos jamás en el país galo. Unos muñecos de látex, diestramente manejados por actores manipuladores curtidos en las mejores escuelas de Francia, mediante la técnica del muppet, informaban a los franceses sobre las noticias políticas de su país con un sarcástico tono que hacía a su vez una crítica atroz a la clase política del momento. Su éxito fue rotundo y el filón de la audiencia hizo a los productores de Canal + de España contratar sus servicios en 1995, para satirizar a nuestros políticos.
Bajo el no acertado nombre de "Las noticias del guiñol"

Los muñecos en sí mismos suponían un gasto económico bastante elevado. Cada muñeco puede llegar a costar unos 6.000 euros, de ahí que los productores pensaran mucho qué personaje famoso inmortalizar en el muñeco. Y es que su consturcción conlleva mucho esfuerzo. Tras un modelado en barro, se obtiene a partir de éste un molde de escayola, del que se obtendrá después el futuro muñeco de látex, que suma a su complejidad la capacidad para mover los ojos, cerrar los párpados, fruncir el ceño y, cómo no, abrir y cerrar la boca. Y para mover todo este complicado títere, se necesitan dos actores manipuladores: uno para hacerse cargo de la cabeza con todos sus mecanismos y otro para el manejo de las dos manos.
Un trabajo inmenso que se demostró en la popularidad que adquirieron los famosos personajes y que demuestra también cómo los títeres pueden hacer crítica -buena o mala- de la sociedad en la que vivimos.
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