Va llegando el momento de inaugurar una nueva sección en nuestro blog. Se trata de ir conociendo la vida de grandes personalidades que supieron descubrir todas las potencialidades del teatro de títeres. Y lo inauguramos con un paisano nuestro, con un burgalés de pro que dió su vida por la educación de los niños y los jóvenes, también a través de los títeres. Nos referimos al Padre Andrés Manjón.

En 1886 fue ordenado sacerdote y decidió embarcarse en una nueva aventura: la fundación de las Escuelas del Ave María, con el objetivo de aplicar nuevos métodos y mejoradas técnicas pedagógicas en la educación escolar, diversas a las que él había recibido. No dudó en hacer del juego y la diversión el mejor camino para una buena formación en la infancia. "Debemos enseñar con todos los medios a nuestro alcance -decía-: libros, papel, pluma, tinta, lápiz, aguja, tela e hilo... ¡todo!".
Enseñar jugando y divirtiendo ha sido uno de sus principales objetivos, porque el juego forma parte de la naturaleza del niño. Juegos con mapas pintados en la pared, "rayuelas" históricas, música, planetarios, fichas y juguetes pedagógicos... y títeres, sí, sus famosos "títeres pedagógicos".
Él mismo con sus discípulos gitanos construía lugares

Sin duda, el Padre Manjón es todo un ejemplo a seguir. Sus métodos pedagógicos han sido una constante seguida por otras muchas instituciones, y estudiados en muchas ocasiones. Pronto las Escuelas del Ave María se expandieron por toda España. Aprendamos de este sacerdote, que ha sabido descubrir la potencialidad educativa de los muñecos articulados y hagamos como él, de la educación a través de la risa, nuestro ideal de vida.